domingo, 8 de junio de 2008

Benedicto XVI: “La verdadera religión consiste en el amor a Dios y al prójimo”

CIUDAD DEL VATICANO, domingo 8 de junio de 2008.El Papa Benedicto XVI afirmó que la misericordia ocupa un lugar central en el mensaje cristiano, durante la alocución previa al rezo del Angelus con los peregrinos reunidos esta mañana en la Plaza de San Pedro.

“Esta palabra de Dios ha llegado a nosotros, a través de los Evangelios, como una de las síntesis de todo el mensaje cristiano: la verdadera religión consiste en el amor a Dios y al prójimo. Esto es lo que da valor al culto y a la práctica de los preceptos”.

Comentando el evangelio del día, la vocación de Mateo (Mt 9, 12-13), el Papa explicó que Jesús”hizo suya” la profecía de Oseas, “Quiero amor y no sacrificio, conocimiento de Dios más que holocaustos”.

Según el Papa, la misericordia “es una palabra clave, una de aquellas que nos introducen en el corazón de la Sagrada Escritura”.

“En este oráculo de Oseas, Jesús, el Verbo hecho hombre, se ha, por así decirlo, “encontrado” plenamente; lo ha hecho propio con todo su corazón y lo ha realizado con su comportamiento, a costa incluso de chocar con la susceptibilidad de los jefes de su pueblo”.

Esta misericordia, explica el Papa, fue la que le hizo sentarse a la mesa con el publicano Mateo y responder a los fariseos escandalizados: “No son los sanos quienes necesitan al médico, sino los enfermos... No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores...”

“Es tal la importancia de esta expresión del profeta que el Señor la cita nuevamente en otro contexto, a propósito de la observancia del sábado (cfr Mt 12, 1-8). También en este caso Él se atribuye la responsabilidad de la interpretación del precepto, revelándose como “Señor” de las mismas instituciones legales”.

Cristo, médico

El Papa, comentando las palabras de Cristo “No son los sanos quienes necesitan al médico, sino los enfermos...”, invitó a los peregrinos congregados en San Pedro a hacer suyas las palabras de san Agustín en sus Confesiones: “¡Ten piedad de mí, Señor! Mira que no te escondo mis heridas: tú eres el médico, yo el enfermo; tú eres misericordioso, yo mísero... Toda mi esperanza está puesta en tu gran misericordia”.

Según Benedicto XVI, la misericordia de Dios se manifiesta en el “Cristo médico” que sana al hombre herido por el pecado, como explicó durante los saludos en diferentes idiomas a los peregrinos participantes en el Angelus.

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